El impacto de la digitalización: ingresos, costos y KPIs
Consejos para abordar el desafío de llevar a números el impacto de una nueva tecnología en una línea de producción. Llevando a números los beneficios podemos calcular el ROI y justificar la inversión.
Este es el primer post de una serie que busca poner en números el impacto de la implementación de una solución tecnológica. Para eso, sentaremos las bases para poder medir el impacto de cualquier proyecto tecnológico.
Poniéndonos de acuerdo en las métricas financieras y de la producción
Lo primero es definir qué métricas vamos a estudiar y cómo se están midiendo actualmente. Esto no es una tarea sencilla porque cada empresa medirá las OEE (Overall Equipment Effectiveness) de una manera diferente. Además, para conocer el impacto de la implementación, debemos ser capaces de utilizar las mismas métricas antes y después de la transformación digital.
Por otro lado, lo más importante es pasar todo esto a "plata", que es lo que finalmente moverá la aguja para gerencia. Estimando los ahorros o beneficios producidos por una nueva tecnología, podremos calcular el ROI de la implementación.
Posibles escenarios
Algunas empresas están avanzadas en el control de la operación, incluso, con sistemas completamente digitalizados. En dichas empresas, el desafío es ir un poco más allá. La mayoría de estas empresas ya tienen resuelta la medición de la disponibilidad y del ritmo, y generalmente buscan formas automatizadas de controlar la calidad.
En la otra vereda, nos encontramos con empresas automatizadas, pero no digitalizadas y que llevan el control de la operación en papel. Muchas de ellas, incluso teniendo sistemas como SCADA, no tienen las capacidades técnicas para gestionar, centralizar y analizar esa información. Estas empresas llegan incluso a tener más de dos sistemas de control corriendo en paralelo. ¡Imagina la cantidad de recursos desperdiciados en esto!
Para cualquiera de los escenarios, lo medular es ser capaces de adaptar la forma de medir de la empresa a un entorno digital.
Eficiencia y ahorros de costos
Medir algo o mejorar la forma en que lo medimos puede, de hecho, afectar los resultados. Este concepto, similar al principio de la física cuántica donde la observación puede influir en lo observado, se aplica también en la gestión empresarial.
La digitalización de los procesos y la medición remota nos permiten tener la información en nuestros sistemas casi en tiempo real. Les dejo un artículo donde hablamos de este tema con más profundidad.
Medir y tomar decisiones correctivas oportunas optimizará la producción, lo que se traduce en un impacto económico directo en la empresa.
De esta forma, podemos estimar el beneficio de la implementación de una nueva tecnología asociando los cambios en un mismo KPI. Por ejemplo, si implementamos un sistema que nos entrega información de la disponibilidad de máquinas, podemos calcular las variaciones en esta variable y transformarlas en dinero mensual/anual.
Es importante considerar que esto no es mágico y que la toma de decisiones queda a cargo de las gerencias. Además, si la cultura organizacional no adopta la nueva tecnología como parte de su proceso productivo, la implementación será otro sistema más corriendo en paralelo. Si les interesa saber un poco más, les dejamos un post donde hablamos de las consideraciones que se deben tener antes de integrar cualquier tecnología.
Otros beneficios a considerar dentro de la evaluación
Teniendo claro cómo medir el impacto sobre la producción y la toma de decisiones, es momento de considerar otros posibles beneficios económicos de la digitalización. Para no extendernos tanto, las expondremos como un listado.
- Reducción de horas hombre dedicadas a la entrada manual de datos: Disminución significativa del tiempo que el personal dedica a rellenar y digitalizar formularios en papel.
- Mejora en la precisión de los datos: Reducción de errores humanos asociados a la digitación manual, mejorando la calidad y fiabilidad de la información recolectada.
- Aumento en la eficiencia del control de calidad: Implementación de controles de calidad más precisos y en tiempo real, lo que lleva a una disminución de reclamos por parte de los clientes.
- Optimización de costos de mantenimiento: Identificación temprana de problemas y programación de mantenimientos predictivos, evitando reparaciones costosas y tiempos de inactividad no planificados.
- Mejor tiempo de respuesta a incidencias: Capacidad de detectar y responder a problemas operativos de manera más rápida y efectiva.
- Mayor visibilidad y control de las operaciones: Acceso en tiempo real a datos clave de operación, permitiendo una gestión más proactiva y una mejor toma de decisiones.
- Incremento en la productividad: Identificación y eliminación de cuellos de botella en el proceso productivo, aumentando la eficiencia general de la operación.
- Mejor uso de recursos: Optimización en la asignación y uso de recursos, resultando en una reducción de desperdicios y una mejora en la sostenibilidad operativa.
Para llevar estos beneficios a números hay que trabajar caso a caso, porque todas las empresas son distintas en su forma de operar. Pero es importante hacer ese ejercicio, para realmente poder calcular el ROI del proyecto.
Principales desafíos para medir el impacto
El principal desafío es encontrar una forma de medir que realmente represente los beneficios producidos por la solución. Además, es importante trabajar junto a gerencia para validar los números de cada KPI.
El éxito de cualquier proyecto es un mérito compartido. En este caso, depende de la colaboración efectiva entre los operarios, la gerencia y la empresa desarrolladora de la solución. Si cualquiera de estos falla, el posible impacto de la solución no se verá reflejado en las finanzas de la empresa.
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