Cómo ejecutar un nuevo proyecto tecnológico en 4 pasos

En 2017 este video hizo que una startup de IoT pasara de una valoración de 120 millones de dólares a la quiebra.

Seguro escucharon la historia de Juicero, el exprimidor de jugo conectado a wifi con sus paquetes de zumo pre-exprimidos, que para mala noticia de la empresa, podías estrujar con las manos, haciendo innecesario el exprimidor IoT de 700USD.

Luego del video, Juicero dejó de vender la máquina y los paquetes de jugo, recompró los productos a sus clientes y pasó a la historia como uno de los grandes fracasos de Sillicon Valley.

Parece extraño que en 4 años de desarrollo no se hayan dado cuenta de este problema. Sin embargo, me imagino que habría sido más evidente si hubieran puesto el producto (o parte de él) en manos de más personas en etapas tempranas.

Los siguientes 4 puntos son una guía rápida para desarrollar nuevos productos tecnológicos y descubrir si realmente hay un buen problema y tenemos la solución correcta. Guardando proporciones, para que no te pase lo de Juicero.

¿Estás listo?

1. Encontrar un problema importante

Resolverle un problema a alguien debería ser el primer paso, si esa persona somos nosotros, mejor aún. El paso 2 es determinar cuánto impacto genera la solución de ese problema.

No necesitamos nada muy acabado, podemos empezar con cálculos de servilleta que nos permita determinar órdenes de magnitud del impacto de cada problema. Esto nos ayuda con dos cosas, compararlos y estimar el presupuesto disponible para solucionarlos.

Independiente si sabemos o no lo suficiente del problema, es importante buscar referencias sobre él en nuestra y otras industrias ¿Alguien lo ha solucionado antes? ¿Qué ha funcionado? ¿Qué no y por qué?

Finalmente, busca un problema que te motive, porque si es importante, vas a estar trabajando en él harto tiempo.

2. Construir rápido un producto pequeño

Una vez que tengamos ese problema importante identificado, debemos pensar en cómo lo vamos a resolver. La clave es buscar una solución mínima, la más fácil y rápida de ejecutar.

Piensa el proyecto como un experimento, lo más probable es que la primera propuesta no sea la definitiva, por lo mismo, debemos ser suficientemente ágiles para probar, ver los resultados y volver al laboratorio. El que gana este juego es el que aprende más rápido.

Mi recomendación es hacer el ejercicio mental de las dos semanas. Si tuvieras solo 10 días para ejecutar algo ¿Qué implementarías? ¿Qué dejarías fuera? ¿Qué harías a mano?

Y acá todo se vale, comprar productos del mercado, usar código open source, hacer cosas a mano (por ejemplo un bot con inteligencia artificial que en realidad eres tú detrás de un teclado). La idea es que durante el pilotaje generes aprendizajes que te ayuden a decidir si una funcionalidad que pensaste, vale la pena ser implementada.

La segunda recomendación al momento de planificar el producto es que elijas las tres características que generan más valor y descarta el resto para otra iteración. Partir por las más importantes te asegura que potencialmente vas a producir el mayor impacto en el problema sin agregar más pelos en la sopa en una etapa tan temprana.

3. Planificar y ejecutar el piloto

El piloto es el momento en que sacamos el producto a terreno. Y recuerda, esto es un experimento, hay probabilidades de fallar, la clave es aprender del proceso y mejorar la solución en la siguiente salida a terreno.

Dicho esto, para medir si estamos o no teniendo buenos resultados debemos definir indicadores de éxito. Podemos utilizar uno o más de uno. Ojalá no más de tres.

Busca indicadores que sean fáciles de medir y que estén relacionados con alguna aguja importante del negocio. Si este no es inmediato (por ejemplo si sus resultados se vean meses después de la intervención), define indicadores intermedios que estén relacionados.

Ya con el indicador en mano, solo nos falta comparar, y las dos alternativas más comunes son: un antes y un después, para lo que necesitas tener mediciones del indicador antes de implementar el piloto; o comparar un caso con la solución y una sin ella, para lo que necesitas una situación similar al que vamos a pilotear.

4. ¿Mejorar o escalar?

Si los resultados fueron buenos, la respuesta es fácil, deberíamos escalar la solución.

Si los resultados fueron malos, viene el análisis post-mortem ¿Qué funcionó y qué no? Si el problema sigue siendo importante ¿Vale la pena volver a iterar el producto?

Si decides continuar, elige qué nuevas tres funcionalidades deberían tomar tu prioridad y descarta lo que no ha funcionado.

✌️ Si llegaste hasta acá...

Probablemente te diste cuenta que el título tenía una trampa. Los 4 pasos que te mencioné acá aplican a proyectos tecnológicos o de cualquier tipo. Lo importante para cualquier nuevo proyecto es verlo como un experimento, encontrar un problema importante y realizar pequeñas pruebas para descubrir el producto correcto.